Prólogo de una vida, la mía.

Hoy cumplo 26...

Pero nací pequeña, muy pequeña, 2'500 y me metieron en la incubadora. Mamá sufrió de lo lindo, y la Tata dijo que tenía una cabeza enorme comparada con el cuerpo "confiemos que esto se compense" pensó. El Chache me bautizó como Anita Patata Frita y me enseño a subir y bajar los escalones de casa de la Yaya sin caerme. Papá consiguió convencerme de que mi nombre era "Enano" y LaPaca dice que antes que Papá y Mamá ya sabía decir "me aburro". El Yayo decía que tenía vacinería electrónica y todas las vecinas me conocían más que de sobra como la nieta del Pocero y la Planchadora.

Me fui haciendo grande (bueno según los médicos soy genéticamente pequeñá) en la calle, con mis primos, con la gente del barrio, la yaya se armó de paciencia y me cuidó, hasta aprendió a vivir con mis constantes terrores nocturnos y me consintió tener perro, Clara, nunca te olvidaré, y Luna. Cuando descubrí los placeres de comer tras tirarme mis primeros años de vida vomitando todo lo que me daban, era de mal comer, me aficioné a comer sin mesura y la Pepa y Valentín nos preparaban comidas de domingo con tortillas gigantes y champiñón con jamón en platos de duralex. El día de mi comunión era redonda y decían que era una vaca pequeña, ser la gorda de clase era jodido, pero lo pasé estoicamente y las hormonas y la comida de Mamá dejaron de nuevo una constitución pequeña como la de la Abuela Pepa y un interés por las Relaciones Públicas como mi Yaya Isabel.

El instituto fue el salto a la fama, una clase pequeña y el exilio ante mis amigas de colegio me dejaron frente una fauna desconocida a la que explorar y acabar queriendo, las ideas se asentaban y la publicidad llamaba a mi puerta. No era brillante en las notas, me dedicaba más a organizar las cenas, pero pasé el corte y llegué a la Universidad. Alicante. Allí conocí a las que serán las nueve personas que más huella han dejado en mi vida fuera de mi familia, las Golfas. Reafirmé lazos con quien siempre me aguanta y me quiere, mi hermano (Edu) y conseguí un título que a día de hoy es mi trabajo y mi pasión, la publicidad.

En este camino he conocido personas y situaciones que darían para un libro, pero aún no estoy preparada, solo 26 años apenas dan para un prólogo mal punteado como este.

Cuando tienes 14 años piensas que con 26 estarás casada, tendrás hijos, trabajo estable, casa, coche,... y cuando soplas la vela de los 26 tienes un Sr.Patata al que adoras, un chihuahua llamado Lola que es tu perdición, un curro de mil eurista que hasta tienes que dar gracias de tener, acciones de Renfe porque de coche ni hablamos... Las cosas no son siempre como soñamos, pero si trabajamos duro pueden ser muy parecidas a un sueño.

Mamá, Papá, Felicidades!
Hace 26 años que sois papis.

Pd.- Aquí faltan muchos datos y muchas personas importantes, pero esto como ya he dicho es solo un prólogo a 26 años que están dando para mucho, y lo que queda! hay Anita para rato!