La línea

¿Tienes o no tienes línea?

Consideremos a ésta como un punto intermedio entre mi yo normal maja y esas cosas y mi yo troll borde incluso hiriente. Hablando con una de mis mejores amigas (un beso Cris*) llegamos a la conclusión que tengo una finísima línea que separa mis dos yo's (soy géminis qué esperabais) y que la paso de un lado a otro sin avisar a mi interlocutor de una manera pasmosa, pero no es a maldad, es que me sale solo (ahora os pongo cara de gatico indefenso en una tormenta de nieve para dar pena).

No soy consciente muchas veces de mi tono de voz como cambia y de amigable paso a cruel, o como mis ojos adoptan la mirada del hielo ante alguna situación que no me agrada con quien tengo delante, ¡no puedo disimular! y ya el remate de los tomates es cuando no puedo protestar ante alguna cosa que no me gusta y me pongo fucsia de rabia, ni blush ni pijos rojo ira que colorea más.

Quien me conoce le hace gracia y todo, porque te suelto "una de las mías" y luego vuelvo a ser un dulce y me quedo tan ancha, o me pongo a dar voces como una loca y tras ese momento de niña del exorcista voy al segundo y pido mil veces perdón. En internet es muy difícil trasmitir eso, o pareces tonta y ñoña o eres el mismo demonio, supongo que la ironía es complicada de manejar.

Si alguna vez os he herido con alguna mirada del hielo, os he soltado una frase lapidaria o simplemente me he puesto fucsia y acto seguido he desaparecido porque se respiraba muerte&destrucción en el aire, no voy a pediros perdón porque probablemente ya ni me acuerdo de ese momento el rencor y yo no nos conocemos y mis razones tendría para mostrar mi lado troll. 

Solo os suelto toda esta parrafada para que entendáis que ni todo los buenos son tan buenos ni todos los malos somos tan malos. Además, en el fondo os encanta cuando me pongo en modo malvada.

Buen miércoles a todos :)

Pd.- Si patato lectores este es el post-filósfico-chorra de la semana, es que cuando me dicen que soy una borde me duele y me hace reflexionar, pero se que en el fondo hay muchos más malos que yo y a esos nadie les dice nada porque llevan puesta la careta de buenos, los que vamos a pecho descubierto pagamos el pato.