El de dormir mucho y el de dormir poco
Pero el resultado de la partida lo determinan las camas, puede que por número o calidad, eso ya lo decidiremos en septiembre. Esas camas en las que has descansado tus huesos tras horas de baile infernal, y que me dices de esa cama compartida por un nuevo mejor amigo veraniego que no has descansado pero que bien te lo has pasado...
O quizás aquella otra que te espera en el mismo apartamento, verano tras verano, esa cama redonda familiar que te rifas con sangre de tu sangre para no terminar en un sofá. Pero también puede que tu cama sea una austera esterilla que cuajada de música y cerveza se antoja la más mullida, en contraprestación habrá otras camas de ropa blanca y olor a suavizante genérico, con bonitas vistas que disfrutar sola o en compañía,...
¿Cuántas camas tiene un verano?
Y una vez más en septiembre diremos aquello de...
En ningún sitio como en casa.
Buen martes a todos :)
5 comentarios:
Apepri: Tú sí que sabes! Yeah!
Me ha encantado este post!! Yo quiero probar todas las camas. La esterilla festivalera del FIB o el Arenal, la que tiene vistas al mar, el sofá de la siesta... Aysss, verano! Besotes
Carmen: mmm la siesta esa es otra cama popular en verano :P
Como la de casa ninguna.
Pero para confirmarlo hay que probar las otras!
María: amén!
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