Ni se come, ni se almuerza
Y eso grabarlo a fuego en vuestra cabecita porque muchas veces no hacemos las cosas por pura, llana y amarga vergüenza. Vergüenza os tienen que dar cosas como llevar las uñas con el esmalte como vinieras de vendimiar porque eres muy perro para coger el quitaesmalte de la última leja del cuarto de baño, pero todo lo demás no, y sé por qué os lo digo.
¿Creeis que si me hubiera dado vergüenza que me leyera gente que no conozco de nada, o peor gente que conozco y luego me lo recuerdan, hablar de trucos con salvaslips para pies pequeños habría escrito sobre ello? ¿O habría subido mi primera foto a Instagram en un ascensor haciendo de modelo de mi portal? ¿Y opinaría de temas que no tengo ni idea en Twitter pero creo que tengo todo el derecho del mundo porque ya quité el huevo del avatar?
Si pensáis que a los que hacemos todas estas chorradas cosas nos da todo igual estáis muy equivocados, también nos importan las opiniones de los demás, pero esos "demás" son los que nos quieren, los que nos critican para que mejoremos, mi madre que me recuerda que no diga tacos o mis amigas que me dicen que ya está bien de sacar la misma ropa que llevo desde el instituto en Instagram.
Los trolls y gente que van a vuestros perfiles a decir tonterías lo único que deben provocaros es orgullo, porque algo estáis haciendo bien para que alguien gaste un minuto de su valioso tiempo en redactar un comentario que os pueda llegar a ofender.
Por supuesto que pienso qué subo y por qué lo hago, y cuáles son las palabras adecuadas para cada publicación, pero os recuerdo que además de mi hobby es mi trabajo hacer eso para otras empresas y marcas, por lo tanto muchas cosas las sé de manual pero nadie nace "enseñado", disfrutad de este maravilloso mundo que nos abre la red y utilizarlo en vuestro beneficio, nada puede salir mal.
Y os voy a dar la clave para que de verdad nada salga mal:
Tenéis que ser buena gente.
Buen jueves a todos :)
Pd.- La última línea del post os vale en internet y en la vida #denada.