No pensaba que llevaba tantas cosas encima hasta que he escrito este post, viva la realidad bodil
El vestido
Lo tenía tan claro desde el principio que no fue tan difícil encontrar el dichoso vestido, quería que lo hiciera él, queridísimo amigo Manu Campayo, lo conozco de hace tiempo y al pensar en un vestido, solo para mi, sabía que él tendría en la cabeza como hacerlo perfecto.
Se lo pedí y creo que se asustó, quizás pensó que sería una puntillosa, una novia de esas que te traen una foto y te dicen “como este”, pero no, no era mi idea. Lo primero que pensé a la hora de vestirme de novia es que no quería ir a una tienda de novias, fin. No quería verme en una parafernalia como esas que nos muestran tantos programas femeninos, ni quería tener a un séquito de personas, que supuestamente te quieren y quieren lo mejor para ti, opinando sobre lo que me debo o no me debo poner.
Le pasé al teléfono una batería de imágenes de Pinterest con ropa, accesorios, lencería,… Y ni un solo vestido de novia, solo le dije: “todo esto me gusta, quiero un vestido que tenga un poco de todo” con dos cojones, pues lo hizo, y cómo lo hizo.
A las semanas me enseñó un boceto y me habló del punto, -¿¡Puntooooooo!?- Puse los ojos en blanco y dije acto seguido que no, pero Manu, con su mirada calmada, y esa paz que transmite, me dijo –déjame que te lo explique- me lo explico y dije -“sí, quiero”-. Y todo lo demás fue tan sencillo, tan cómodo, tan amable para mi, cuando a mi me aterraban las pruebas, que no me gustase o que me quedara mal… Todo estaba en mi cabeza, porque desde la prueba uno era un #epicwin.
Aunque no se aprecie el vestido son tres piezas, un body completo, una falda de gasa y una falda del mismo punto que el body armada con ballenas perdona Manu si no lo explico todo lo bien que tú, por lo tanto era comodísimo para todo, no pesaba nada y para noviembre es ideal porque no te tienes que tapar con nada, calentito pero sin abusar.
La ropa interior
Cómoda, por favor. Esa era la meta, me fui directamente a Intimissimi y le dije a la dependienta, majísima por cierto, que necesitaba un sujetador con relleno pero que no me mirase al espejo y me sintiera “gorda”, esto a las que tenéis tetas no os pasa, a las que llevamos una 70 en cuanto nos ponen relleno nos vemos enormes, y ese era mi miedo.
Ella era una chica muy delgadita y me dijo que de novia no tenía algo “así”, pero tenía un modelo que tenía ella que lo mismo me gustaba, bingo. Y ya puestos me ofreció todas las bragas y tangas con puntillas que tenía para acompañar, pero le dije: dame unas blancas lisas que no se claven que me parece que el día será largo. Amigas, patata sencilla que es una.
Los zapatos
Esto fue un reto en todos los sentidos, porque me gustaban tantos, tantos o más, miré, remiré, pero nada me entraba al final por la vista. Tenía claro que quería unos estilettos, que no fueran blancos, que no tuvieran plataforma y por supuesto que fueran un 35. Pues a base de cribar filtros en páginas on line aparecieron ellos.
Sophia Webster es una marca que me fascina en todos sus modelos, pero no había acudido a ella porque siempre lo he asociado a sandalia, pues mira por donde eran de ella, aparecieron en una búsqueda en Net-a-Porter y ya no pude pensar en otra cosa, eran ellos.
Todavía recuerdo cuando llegaron a casa y no me los quería probar, tenía miedo, pánico, y si no me venían, que no todos los 35 me vienen. Pues cual Cenicienta metí el pie y me estaban per-fec-tos. Eran mis bebes.
Los accesorios
No me puse nada nuevo, me puse mis anillos, mis pendientes y el reloj que me regalaron mis amigas en la despedida, sin más. Cada accesorio que llevo es de alguien que me importa e implica una energía especial, no pensaba quitarme “lo mío” para llevar algo nuevo, de ninguna manera. Y ahora que veo las fotos sé que hice muy bien, no me habría visto mejor de ninguna otra forma. Además mi vestido estaba pensado para solo lucir manos, sin más joyas que mis anillos.
El anillo de mi yaya, el del nudo de mi madre, el que me regaló mi suegra a dos meses de la boda, el de navidad de hace unos años de Melchor, la alianza de boda de mis padres y mi anillo de pedida. No hay accesorios más bonitos que los que ya han recorrido camino contigo.
El ramo
Esto fue divertido, muy divertido. Me llama La Paca:
- Ana, cómo vas a querer el ramo. O de qué color al menos.
- ¿¿¿Ramo??? ¡Adiós! Es verdad las novias llevan ramo, mamá yo no quiero ramo, qué leches hago con un ramo todo el día a cuestas.
- Ana, algo tienes que llevar…
- Pero mamá, un ramo, tú me ves con un ramo…
- Y si te compro un bolso
- ¡Eso sí! ¡Busquemos un bolso!
Pobres de mis amigas, el Golfe Diem, ellas querían regalarme el ramo y les dije que me lo había comprado ya mi madre por no desvelarles que en lugar de flores llevaría un clutch bicolor de carey y nacarado comprado en Uterqüe. Pobres.
El maquillaje
Otra de esas cosas que tienes claras desde el principio de los tiempos, me tenía que maquillar Loles. Ella fue mi primera jefa, la primera que confió en mi a la hora de darme un trabajo, ella que siempre tiene un abrazo y una palabra bonita para mi, no podría ser otra.
Mundo Cortés es su tienda, en aquella que la Patata con 18 años vendía perfumes, allí tiene un gabinete y maquilla a novias, invitadas, etc. Solo de dije, Loles, más es más y bien de brilli brilli, y recuerda que arriba la pestaña que vamos de fiesta. Y ella hizo magia.
El pelo
Cuando tu mejor amiga, y testigo de tu boda, es tu peluquera todo es más sencillo. Solo le dije, corta y peina como siempre, sin más. He encontrado mi pelo, con el que me veo cómoda, guapa, mejor dicho favorecida, que guapa se nace o nada.
La decoloración y el pixie lo llevo tres años y, si no pierdo el cocote, creo que me lo quedo para siempre. No quería adornos, ni artificios, quería llevarlo pulidito, blanco y radiante, eso lo consiguen las manos de mi Parrón, mi Ana. Si queréis hacerle una visita en Albacete podéis pasar a saludar de mi parte por Imagine Llongueras.
La manicura
Desde siempre pensé que sería roja, lo de di ni una vuelta, pero mira tú por donde que de todo menos roja, la culpa de todo de la de siempre, La Paca.
- Ana, no llevas nada prestado ni nada azul.
- Mamá, llevo prestado tu anillo de boda. Azul… Azul… Pues no, nada.
- Y si te coso un lacito azul al sujetador.
- Madre, por dios, que poco me gusta esa idea.
- Ea, pues dale una vuelta al tema y…
- Mamá, lo tengo, las uñas. Me hago la manicura azul.
Y así fue como elegí una manicura azul noche, sin más, y ahora que veo las fotos y como resalta con el color blanco muerto de mi piel sé que fue un acierto total. No quería que se enterase nadie de la elección hasta el día del acto y fui a un sitio donde no me conocían en Albacete, Bakra Nails, un salón de Opi, y la verdad que muy contenta con el resultado.
Puede que muchas se tirasen de los pelos al verme, puede que otras se enamoraran, puede que ellos pensaran que salía de Juego de Tronos estos hombres siempre asocian nuestros estilismos a las heroínas que conocen, o quizás alguna pensó que el carnaval se había apoderado de una novia… Cada cual que piense lo que guste, yo me quedo con cada frase que me dijeron las personas que me quieren, “es tan tú”, “eres tú en vestido”, “es único”, “es perfecto”…
Era el día que yo quería recordar como el más próximo a la perfección y para eso me vestí, para mi, para verme guapa y yo misma, esa era la clave, no había que ver otras novias, ni revistas, ni protocolos, había que elegir a las personas correctas para orquestarlo todo.
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"¡Que bonita está mi novia que se parece a un trono! (¡Reina!)
Corona'a de brillantes y es con perlas y oro”
Rosalía | Que no salga la luna | El mal querer
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Buen día a todos :)