miércoles, 14 de junio de 2017

Estudio Sociológico Patatil

Ayer puse bajo observación a mis amigas

Y lo que descubrí les sorprenderá... Bromas a parte. Ayer mirando las fotos de una de mis amigas con estilazo, no voy a decir nombres que luego se dan las envidias y todas sois divinas chatas (y tenéis pelazo), pero el caso, que esta es de las que sabes que utiliza Instagram para coger ideas, comprar cosas, hacer planes, bla, bla, bla... 

Y digo, voy a ver a quién sigue,... Veinte minutos más tarde... Vale, lo que temía era cierto, no sigue a nadie "real". Ni una de todas las cuentas que sigue tienen como protagonista a una persona que haga la compra, trabaje en una oficina, lave el coche o simplemente se meta entre pecho y espalda unas croquetas si no es patrocinada la experiencia, o se haga fotos cutres en un ascensor por las mañanas, no espera, eso sí, que me sigue a mi.

En serio pensáis que todo tiene que ser tan bonito, que todo es delicado, con olor a talco y sabe rico ¿? Me dejáis de plástico duro. Llevo unos meses que el internet de las cosas bonitas me da unos ardores que nunca imaginé que me diera. Me gusta más lo surrealista, o lo realista a secas, y hasta un poco repelente en algunos momentos.

Chicas con miles de seguidores y fotos posando como si el equipo de Vogue las levantara cada mañana para darles chapa&pintura hasta en el cielo de la boca, con la marca de turno que "les encanta" y les paga el sueldo, evidentemente. Cuerpos cincelados por filtros y luces estratégicamente situadas para que tú desde tu toalla arrugada y cuajada de arena las mires pensando que esa tripa que te asoma tras las últimas y maravillosas cañas con amigos te ha aflorado alegremente y no te representa. ¿A caso te representa esa vida de Stacy Malibu? Permíteme que lo dude.

Antes, hace unos meses, no os penséis que hace tanto, me habrían dado envidia muchas de esas fotos, pero será que me hago vieja pelleja, o que simplemente me ha entrado la cordura, también puede ser por el reblandecimiento cerebral tras la ola de calor, pero ahora me producen simplemente rechazo. No quiero ser así, no quiero que me vean desde fuera así.

Lo siento amigas que seguís cuqui cuentas en Instagram, aquí vuestra amiga, la del pueblo exótico, se niega a posturear más, que sí que pongo cara de monguer en las fotos del ascensor, pero es porque me debo a mi público capaz de apreciar que suba una foto cada día a las 7 de la mañana y sin vergüenza enseñe los mismos vestidos desde hace 10 años una y otra vez.

Buen miércoles a todos :)

Pd.- Vamos a considerar este el post chorra de la semana, y ya de paso os cuento que mañana es fiesta en Albacete y que para mi hoy es el primer viernes de mi semana ji ji.

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