Igualita que la de antes
La pregunta del millón desde hace tres meses es esa, supongo que la de los niños no me la hacen porque saben que ya soy madre de familia numerosa #señoraspeludassonbien.
A día de hoy quien se casa antes de convivir, quien dice casarse dice formalizar de alguna forma una relación, me da lo mismo que sea una iglesia, un ayuntamiento o una hipoteca en un banco, está loco de atar. Creo firmemente que primero hay que empezar a convivir sin ataduras y luego ya veremos...
Nosotros no hemos sido la típica pareja que lleva toda la vida juntos y que al final firman, no. Llevamos juntos relativamente poco tiempo para la media de los que nos rodean ya casados pero sí somos la típica pareja que se conoce y quiere pasar toda la vida junta, porque de todo hay en la vida.
Por circunstancias de uno y otro empezamos a vivir juntos relativamente pronto, por lo tanto las sorpresas podían ser muchas, pero tampoco fueron para tanto, quizás lo peor es que sufro toc’s y manías como para solicitar una ley de alejamiento después de convivir conmigo una semana.
Y diréis, lo peor para él, que no para ti Patata, no os creáis, las personas maniáticas sufrimos una ansiedad loca de ver como nuestras costumbres neuróticas se van al garete, ea, cada palo aguanta su vela.
Ahora es cuando os cuento que tras casarnos y la convivencia hemos limado asperezas, hemos cedido por ambas partes y somos felices y comemos perdices… Pues mira no, somos normales si es que se nos puede llamar así, hay días que nos mandaríamos con nuestra madre el uno al otro, hay días que pasan sin pena ni gloria y hay días que molan mil millones. Vamos lo que todos.
No hay claves, ni fórmulas mágicas, solo hay una palabra que nos han repetido mucho los que llevan muchos años en pareja, paciencia, no hay más fórmulas milagrosas.
Y por si os sirve, sí que hacemos una cosita, bueno un par de cositas, cada día que nos hemos puesto como “obligación”, cada vez que nos vemos nos damos un beso y un abrazo de los de verdad, no de los de “venga va que llevo prisa”. Y la otra cosita jamás meternos en la cama enfadados. Parecen cosas sencillas y luego en la práctica no te creas que lo son tanto, y es por las puñeteras rutinas absurdas que nos distraen de lo verdaderamente importante.
Dejarse de tonterías y quereos mucho, lo que no te quieras hoy lo mismo ya no te puedes querer mañana.
Buen martes a todos :)
5 comentarios:
Sabio consejo, Patata. Lo del beso cada vez que nos vemos y no irse a la cama enfadados, además que no pasar ni un día sin decir un "te quiero", a mí y a mi consorte, de momento nos va funcionando. Esta primavera, diez años de casados, y en verano doce de convivencia.
Cada uno es un mundo, ves yo por ejemplo no me veo viviendo con nadie. Adoro mis momentos de soledad en casa y quedar y vernos bien guapos.
Minerva: Diez años, madre mía si luego el tiempo vuela, pues a celebrarlo. Un besazo.
MásQueRopa: Mira yo era de las que creía como tú jajaja, por diversas experiencias creía que no volvería a caer, pero mira por donde que estoy hasta las patas en la convivencia. Respeto tu opinión al máximo porque había un tiempo que yo era fiel practicante de ella. Los momentos de soledad son necesarios y algunas veces maravillosos jiji. Por no decir que odio que se cuelen en mi baño cuando estoy con los bauty rituales, he aprendido a cerrar la puerta tras mucho tiempo viviendo sola y teniéndola de par en par XD
esas costumbres y la de Minerva también las tenemos nosotros o, mejor dicho, teníamos, porque hay veces que es mejor irse enfadado a cama y al día siguiente más relajados y descansados poder hablarlo..
otras veces duran demasiado tiempo y entonces todo es un asco..
y a veces si nos arreglamos antes de acostarnos..
pero, en todo caso, convivir no es fácil, para nadie.. paciencia y ceder.. a veces uno, a aveces otro
besazo guapa
María: Paciencia es la palabra mágica para la convivencia, y quien dude de ello es que ha convivido poco. Un beso!
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